Un Marte reivindicado


Estamos viviendo una profundísima transformación de nuestras energías interiores y sus correspondientes proyecciones en el exterior.
Entre ellas, las energías masculinas se están expresando desde diversos planos. Desde las estructuras establecidas (Saturno) que están mostrando su cara oculta para hacer posible una completa depuración (Plutón en Capricornio), hasta las actitudes de cada persona a la hora de establecer límites y expresar su grado de asertividad como resultado de la resonancia interna de las manifestaciones más extremas de la descomposición de esas estructuras (confinamiento, imposición de mascarillas, restricciones de derechos, etc.).

Una energía de Marte atrofiada o castrada puede manifestarse, por ejemplo, como extremo conformismo o incluso sumisión, o como impotencia e ira. Una energía de Marte sobredimensionada puede manifestarse como prepotencia, agresividad o profundo desprecio por los demás, por ejemplo. Lo que todos nos estamos trabajando es la oportunidad de reconocer el grado de distorsión de nuestro Marte interior y el proceso de sanación y re-equilibrio de esa energía.

En unos días que están muy marcados por movimientos energéticos hacia la expresión hacia fuera de nuestro Marte interior, vale la pena recordar que todo empieza dentro y que lo que nos incomoda desde fuera existe porque encuentra resonancia en nuestro interior. En relación con esto, comparto unas afirmaciones en torno a esta energía, centradas en la expresión hacia nosotros mismos de algunos de nuestros derechos como individuos que pueden ser utilizadas en meditación, como pequeños mantras, como breves recordatorios en el monólogo interior de cada persona o en los diálogos internos entre varios de nuestros yoes:
  • Tengo derecho a ser en todo momento el ser que soy en cada momento (el derecho a vivir mi Ascendente y mi Sol).
  • Tengo derecho a expresar mis propias necesidades y a establecer mis prioridades.
  • Tengo derecho a sentir lo que siento y a expresar mis sentimientos (el derecho a mi Luna).
  • Tengo derecho a que se me trate con respeto, como un ser humano inteligente, capaz y en pie de igualdad.
  • Tengo derecho a todo aquello que me hace diverso y a cambiar (el derecho a expresar mi Urano).
  • Tengo derecho a pensar como pienso y a expresar lo que opino y lo que valoro (el derecho a mi Mercurio y mi Venus).
  • Tengo derecho a decidir, decir que sí o decir que no por mí mismo.
  • Tengo derecho a pedir lo que quiero.
  • Tengo derecho a establecer límites allí donde yo lo necesite y de la forma más sana de la que sea capaz (el derecho a mi Marte).
  • Tengo derecho a expandir mi mundo interior, mis perspectivas, mis ambiciones (el derecho a mi Júpiter).
  • Tengo derecho a cometer errores.
  • Tengo derecho a no hacerme responsable de los problemas de otras personas.
  • Tengo derecho a estar en el mundo de la forma en que esté en el mundo en cada momento sin ser juzgado ni menospreciado por ello.
  • Tengo derecho a vivir mi relación con el Todo de la forma en que yo decida en todo momento (el derecho a mi Neptuno).
  • Tengo derecho a desapegarme de lo que sea necesario para explorar en mi interior durante el tiempo y de la forma en que lo necesite para trabajar en la transmutación de mis heridas (el derecho a mi Plutón).
Es solo una pequeña aportación para acompañar al guerrero interior sabio y pacífico, para que nos asista con el escudo de su asertividad y la espada de su discernimiento.

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