El efecto terapéutico de la escritura

“Siempre tienes a alguien con quien compartir la exploración de tu mundo interior en el viaje al centro de ti mismo: tú. Y una forma de hacerlo es escribiendo desde ti y para ti, a tu manera, con lo que tienes dentro.”

ESCRIBIR COMO UNA EXPLORACIÓN DE NUESTRO MUNDO INTERIOR

Para muchas personas, el momento en que terminan sus estudios es también el momento en que casi dejan de escribir de forma habitual. Otras siguen practicando la escritura con frecuencia como parte de su trabajo. Entre unas y otras se encuentran también muchas que practican la escritura creativa como afición. Y cada día, literalmente, son más las personas que escriben para participar en las redes sociales en Internet.

Escribir para aprender, para trabajar, para crear, para interactuar en Internet: casi todas las modalidades de escritura más comunes constituyen formas de comunicación entre quien escribe y alguien más que lee lo escrito. Es mucho menos frecuente la escritura que tiene como objetivo que la persona que escribe se comunique consigo misma, sin la intención ni la necesidad de que lo escrito llegue a ser leído por nadie más.

Cuando escribes para ti como una forma de explorar tu mundo interior, hablas contigo, te escuchas, te observas, te descubres, te ves. Te cuentas todo lo que puedes, todo lo que quieres, con tiempo y calma, sin presiones ni agobios. Emprendes un viaje hacia el centro de ti mismo, hacia tu Ser, a lo largo del cual no haces más que encontrar diferentes capas de ti, de tu existencia. Como dice Luz Boscani:
“La vida es un continuo transitar entre el amor y el miedo, entre la verdad y el ego, entre la armonía y el estrés. Y si deseas alcanzar el equilibrio es necesario que emprendas un viaje hacia tu centro. Potencia lo mejor de ti y alcanza la verdadera felicidad. Disfruta de los más elevados sentimientos: los que te brinda tu Yo poderoso.”
No solamente haces ese viaje interior contigo mismo, sino que, además, al mismo tiempo, lo haces a una cierta distancia de ti que te permite dialogar con lo que has escrito, reconociéndolo como algo tuyo del momento en el que lo escribiste, visto después desde la perspectiva de quien eres en el momento en el que lo relees.

Cuando escribes, y cuando te lees, se te aclaran cosas que hasta entonces eran confusas; encuentras la forma de explicar cosas que antes no sabías cómo explicar; te ves en tu propio espejo y te conoces mejor; te das cuenta de qué cosas necesitas trabajar contigo misma, a solas o con el apoyo de alguien; te das cuenta de cuánto has avanzado, incluso en las situaciones más difíciles; te sientes en muy buena compañía, la tuya; te das cuenta de lo importante, beneficioso y hermoso que es mirar todo aquello que tengas que mirar, por difícil que sea. Cuando escribes, y cuando te lees, te ves y te reconoces, incluso si algo de lo que ves te parece completamente nuevo.

Llevo años haciendo este viaje interior, explorándome por dentro. Empecé a escribir mi primer diario a los 12 años, y no he dejado de escribir desde entonces. A los 21 años, empecé mi primer proceso terapéutico con un psicólogo que me introdujo en la práctica de círculos de escritura terapéutica. Durante todos este tiempo, allí donde he ido, he tenido siempre la compañía de algún cuaderno y algún libro: el libro, para alimentarme; el cuaderno, para explorarme. El mismo hecho físico de llevarlos conmigo ha hecho más presente en mí el hábito constante y consciente del diálogo conmigo mismo, de la escucha cada vez más atenta a mis yoes internos y a esa voz interior que todos tenemos y que nos guía siguiendo el hilo invisible que nos muestra nuestro camino.

Dentro de esta modalidad de escritura, hay que distinguir dos tipos, que se parecen entre sí e, incluso, llegan a confundirse, a pesar de que son bastante diferentes: la escritura de diarios y la escritura terapéutica.



LA ESCRITURA DE DIARIOS

Estas son algunas de las características básicas de la escritura de diarios:
  • Solo participa en el proceso de escritura la persona que escribe.
  • La persona que escribe es también la audiencia.
  • En un diario se trata cualquier tipo de tema. Quien escribe toma siempre la decision sobre eso.
  • Es suficiente por sí misma, no suele ir acompañada de ningún material complementario externo a lo incluido en el diario.
  • No necesariamente se relee. 
  • Normalmente, el principal objetivo de la escritura en diarios es expresar lo que la persona desea o necesita expresar en el momento de la escritura, no dejarlo registrado para volver a ello más adelante.
  • La sanación emocional es un posible resultado añadido de su práctica, no necesariamente su objetivo.

LA ESCRITURA TERAPÉUTICA

A pesar de las similitudes con la escritura de diarios, la escritura terapéutica reúne también unas características que la diferencian claramente de la anterior:
  • Es guiada, co-guiada, diseñada, o facilitada, por otra persona diferente a la que escribe.
  • La audiencia incluye a la persona que escribe y, con frecuencia, a la persona que guía / co-guía / diseña / facilita, o a alguna otra. En cualquier caso, no necesariamente como lectora directa, pero sí como alguien con quien se acaba compartiendo lo escrito, o parte de ello.
  • Está enfocada en la exploración del mundo interior de quien escribe.
  • Suele ir acompañada de materiales complementarios: lecturas, videos, cuestionarios, ejercicios, imágenes.
  • Su relectura es un componente importante del mismo proceso terapéutico.
  • El principal objetivo, explícito, intencionado, es la sanación emocional de quien escribe.

LA ESCRITURA CREATIVA

Cuando se trabaja con escritura terapéutica, se incluye con frecuencia también lo que se conoce como escritura creativa ( o literaria ). Lo opuesto no es necesariamente cierto: la escritura creativa no es necesariamente terapéutica, aunque sí puede tener efectos terapéuticos añadidos más allá de su objetivo principal, que no suele ser la sanación emocional.

En última instancia, el grado de consciencia desde el que se escribe y la intencionalidad con la que se hace tienen mucho que ver con el efecto terapéutico de otras formas de escritura que no sean, por definición y por diseño, escritura terapéutica.



EFECTOS BENEFICIOSOS DE LA ESCRITURA TERAPÉUTICA

A partir de todo lo dicho hasta ahora, podríamos definir la escritura terapéutica como una escritura generalmente guiada, centrada en la profundización del auto-conocimiento y la expansión de consciencia de la persona que escribe, con el objetivo prioritario de favorecer su sanación emocional. Hay que añadir, además, que sus efectos sobre quien escribe van mucho más allá de la sanación emocional.

Muchas investigaciones desde los años 70 demuestran que escribir estimula la activación de procesos cognitivos superiores y la generación de contenidos imprevistos, no planificados ni buscados con más frecuencia y eficacia que hablar. En general, pues, la escritura desarrolla, expande y profundiza el pensamiento, pero tiene también un enorme y duradero impacto en nosotros a otros niveles, progresivamente más profundos.

A nivel físico, está demostrada la mejora del bienestar como resultado de la práctica de la escritura terapéutica: refuerzo del sistema inmunológico, curación más rápida de heridas, disminución de los síntomas de enfermedades como el asma y la artritis, disminución de la presión sanguínea, mejora en el funcionamiento del hígado, entre otros.

A nivel emocional, algunos de los efectos de la práctica de la escritura terapéutica son los siguientes: facilita la atención plena, desarrolla la inteligencia emocional, reduce el estrés, alivia el dolor, refuerza la auto-confianza, canaliza y facilita el procesamiento de experiencias traumáticas.

A nivel espiritual, la escritura puede facilitar la expansión de consciencia, la re-conexión con nuestro Ser, la atención inmediata y libre de dudas a nuestra voz interior. En relación con esto, Julia Cameron opina que escribir "es una forma de orar, de conectarnos con el mundo invisible." Para ella, la escritura es siempre "una herramienta espiritual" y, con más frecuencia de la que creemos, una forma directa de canalización desde nuestro Ser:


“Cuando entendemos el acto de escribir como una canalización de información espiritual, en lugar de la invención de información intelectual, escribir se convierte en un proceso más fluido que ya no tenemos la responsabilidad de vigilar estando siempre pendientes de nosotros mismos. En lugar de eso, tenemos la responsabilidad de estar disponibles para ese proceso. Podemos conectarnos al flujo de escritura en lugar de pensar en él como una corriente de energía que debemos generar desde nuestro interior.”

LA ESCRITURA TERAPÉUTICA EN RECONECTA

Te invito a escribir porque soy muy consciente del inmenso bien que la escritura nos puede hacer a todos. Lo he vivido en mí mismo, porque escribir ha sido parte de mi vida desde que era un niño. Gracias a la escritura he podido conectar con mi centro, y con lugares de mi mundo interior que me habría sido muy difícil conocer de otra forma. Desde ahí, escribir me ha permitido explorarme, verme, expresarme, re-conocerme. La escritura me ha acompañado en los momentos más alegres y en los más duros de mi vida.

Ahora la utilizo con frecuencia en mi trabajo en diferentes formatos. En mi web encontrarás toda la información sobre el taller de escritura que tengo abierto en este momento, y sobre los recitales de poesía vivencial.

Ni vivir para escribir
ni escribir para vivir,
sino vivir y escribir,
escribir y vivir.
La vida en la escritura
y la escritura en la vida.
Escribe entonces la voz interior,
esa que resuena sin palabras,
clara y certera,
en un rincón luminoso y cálido,
en un rincón perenne, eterno,
dentro de ti,
en tu centro.
Escúchala. Siéntela. Vívela.
Esa voz es luz.
Es tu voz. Es tu luz.
Es Tú.

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