Prisa



Prisa. 
Un día, de repente,
parece despertarse,
pero ya estaba ahí, antes,
acechando casi todo el presente.

Prisa por vivir
lo nunca antes vivido.
Prisa por hacer
lo que aún espera
al calor creador
de mis manos,
de mi mente,
de mi corazón abierto.

Prisa por abrir
el corazón más 
a todo aquello
que la mente, perdida,
me miente que en él no cabe.

Prisa por dejar
de tener prisa
y volver a sentir
con certeza
que el tiempo
es una ficción,
que los números 
en el canlendario
mienten,
que la prisa vive solo
en la mente,
y que lo que marca
el paso, de verdad,
es el corazón abierto
a la verdad misma
de uno mismo,
esa que en el calor
del puro centro habita,
la que con la voz del alma
apensas susurra,
amorosa y paciente,
que la prisa no existe,
que es hija oscura
de la mente,
y que esa mente ansiosa
y perdida también 
necesita,
sin que sea urgente,
escuchar la voz del corazón, 
la del alma siempre presente,
atenta, comprensiva, eterna
en su no tiempo,
y más allá de la mente,
guiándome con calor
y con amor, mostrándome
el camino que me lleva
a recorrer alegremente,
con confianza,
y sin prisa.

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De mi libro La voz interior, en proceso de publicación.
Puedes encontrar mis libros publicados aquí

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