Mirarnos a los ojos

Qué pasaría si en lugar de acostumbrarnos a evitar nuestras miradas, nos acostumbráramos a mirar a los ojos a las personas con las que nos cruzamos en la calle, en el metro, en la puerta de un comercio, en la otra escalera mecánica, en el trabajo, en una sala de espera... en todas partes!!? Si pudiérmos mantener la mirada en esos otros ojos y quedarnos simplemente ahí, sin pensar nada, sin querer nada, sin buscar nada, solo estando ahí, veríamos al menos un atisbo de cada una de esas personas, y ellas un atisbo de nosotros. Y veríamos al menos un hilo casi invisible de nosotros en todas y cada una de ellas, y todas y cada una de ellas lo verían también en nosotros. Y quizá no lo veríamos, pero sentiríamos que ellas y nosotros somos. No que somos ellas y nosotros, sino que somos, como antes de llegr aquí, como después de nuestra partida. Y quizá entonces nuestros ojos temblarían, y en nuestro interior sentiríamos una emoción casi desconocida y, al mismo tiempo, tan reconfortante!! His...